El Primer Bannete (Especial Halloween)

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Ciudad Calagua, 31 de Septiembre de 1930:

Escribo estas líneas en papel en el poco tiempo que me queda en el mundo de los vivos. Me veo obligado por las prisas y el miedo que siento a dejar constancia de los hechos que me han llevado al extremo de pegarme un tiro, de suicidarme. Debería pues empezar por el principio.

Nací en Ciudad Calagua, una gran ciudad costera en la Región de Hoenn situada a la sombra del Monte Pírico, lugar de descanso de las almas de los Pokemon muertos en combate. Mi madre Viela, hija de un adinerado terrateniente de la región, me regaló el día de mi primer aniversario un precioso muñeco al que llamé Ban, al que convertí en mi mejor amigo de la infancia. Ban vestía unos ropajes dignos de un miembro de las altas esferas de Hoenn: camisa blanca de la más exquisita seda de Wurmple, unos pantalones de un azul que recordaba al más exquisito de los zafiros, y un sombrero rojo que recordaba al color de un magnífico rubí. Mucho pasamos Ban y yo en mi más tierna infancia; pero al crecer, surgió en mi un sentimiento que entonces desconocía; años más tarde descubriría que se llamaba amor. Conocí a la que se convertiría en mi primer amor: Faubella. Tenía los ojos de un verde esmeralda y su pelo, negro como el azabache, olía a grosellas y flores. Durante todos esos años Ban me acompañó.

Pero, maldito sea el destino, cumplidos los 18 años, fui convocado por el ejército de la región para cumplir con el servicio militar obligatorio al que los jóvenes varones estaban obligados. A la postre, para mi desgracia, Hoenn entró en un conflicto  bélico con la vecina Región de Johto y me vi obligado a separarme tanto de mi querida Faubella, como de mi querido amigo Ban. Durante una de las misivas que Faubella y yo intercambiábamos durante la guerra, me enteré de que mi hogar, el lugar donde había pasado toda mi vida, había sido pasto de las llamas y Ban se había perdido. Quemado o no, nunca lo sabría, o eso pensaba, ya que no se encontró ni un trozo de tela de su ser. Ya de vuelta tras el conflicto, Faubella y yo decidimos casarnos y tuvimos dos hijos gemelos: Viktor y Albia. Pero, la desgracia se volvió a cernirse sobre mi. Algo salió mal en el parto y mi querida mujer murió. Abrumado por la pena y temeroso de que algún hado adverso hubiese decidido cebarse conmigo, decidí enviar a mi hijo Viktor con mi hermana que vivía en la lejana región de Kanto.

Tras mucho investigar, ya se qué me está pasando, aquél que fuera mi amigo Ban se había convertido en un demonio. Un demonio sediento de sangre y de venganza. Ahora, para evitar más daños, para evitar más muerte y dolor a mi alrededor, me veo obligado a suicidarme. Tal vez, sólo tal vez así Bannete, como así llamé al diablo que me perseguía, deje de atormentar a la pacífica población de Calagua. Espero que esta historia sirva para que otros no lleguen a sufrir nunca el calvario que a mi me ha tocado sufrir. Adiós amigos míos. Adiós y no lloréis por mi.

n.a. Esta historia es un creepypasta creado por mi basándome en la descripción de la Pokedex de Bannete, e inspirada en la forma de escritura del Genio de Providence H.P. Lovecraft. Espero que les haya gustado.

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