
Si la saga Assassin’s Creed destaca por algo, aparte de su gran Lore, es por la habilidad que muestran todos los Assassin que hemos controlado: la vista de águila. Pero, ¿ qué es? ¿Todo el mundo puede utilizar esta habilidad? Y la pregunta más importante: ¿Es posible en el mundo real? Entremos, pues en materia.
La vista de águila es, básicamente, un sexto sentido que poseen los Assassin y que les permite determinar a simple vista dónde está su objetivo, quién es enemigo o amigo, o buscar zonas para ocultarse, o localizar enemigos. El hecho de poder determinar quién es amigo y quien enemigo, puede estar basada en la observación del nerviosismo del posible enemigo, o, poniendo algo más de imaginación, gracias a la capacidad de observar el aura de las personas. La lógica, si es que hay alguna, nos hace deducir que la base de este uso de la observación de las acciones del individuo.
La respuesta a la segunda pregunta, la respuesta sorprenderá a más de una persona. Según se deduce de la historia de los Precursores, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de éstos, por lo que toda persona tiene un poco de ADN precursor que, por consiguiente, con el adiestramiento adecuado, es capaz de aprender y utilizar esta habilidad. De este modo, la razón por la que tanto Altaïr, Ezio, etc. son capaces de utilizar esta habilidad sin necesidad de entrenamiento, es porque poseen más ADN precursor que la media, al ser descendientes directos de los híbridos nacidos de la relación entre los Precursores y los primeros humanos.
Finalmente, la respuesta corta a la tercera pregunta es, como es obvio, no, al tratarse una habilidad sacada de una ficción. No obstante, podemos decir que, actualmente, se ha podido «replicar» dicha habilidad. ¿Cómo? La respuesta la encontramos en el mundo científico y en el mundo militar. Todos sabemos qué es un sonar, maquina con la que, mediante ultrasonidos podemos realizar un sondeo de una zona X para su investigación o, en su uso militar, localizar enemigos ocultos. Por su parte, también las fuerzas del orden tienen en su poder cámaras de rayos infrarrojos, más conocidas como gafas de visión nocturna, que, valiéndose del calor emanado del cuerpo de forma natural, resalta a los enemigos en ambientes de oscuridad total permitiendo a su portador moverse y enfrentarse con más facilidad.
Así que, podemos decir que, de facto, actualmente poseemos un sexto sentido gracias a la tecnología, pero no de forma innata como nuestros carismáticos Assassin. Quién sabe, a lo mejor dentro de muchos años, millones incluso, los humanos hayan desarrollado capacidades que les permitan poseer un sentido del águila. Pero eso, por desgracia, no lo verán nuestros ojos.

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