Retroanálisis: The Legend of Zelda Wind Waker

«Aunque su recuerdo se ha borrado, la leyenda aún se respira en el viento. En una remota isla, cuando los hijos varones llegan a cierta edad, lo celebran vistiéndoles con ropas verdes para que se conviertan en hombres valientes como aquél héroe de la leyenda. Aquel cuyo corazón vestía el viento verde de la pradera y cuya espada era un torbellino que disipaba las tinieblas».

Así empieza la historia de The Legend of Zelda Wind Waker, juego desarrollado por Nintendo en 2002 para su consola Gamecube. Este juego abre la línea temporal en la que se inscriben, además de éste, nos juegos de DS Phantom Hourglass y Spirit Tracks. Con una estética «cartoon», fue una sensación en su momento, ganando tantos fans como detractores de la estética.

La trama principal se basa en que Ganondorf, el rey gerudo y principal antagonista de la saga, vuelve de su exilio tras haber sido sellado por Link en Ocarina of Time. Al no aparecer un nuevo Héroe del Tiempo, el Rey de Hyrule, padre de Zelda, decide pedir ayuda a la Trifuerza inundando Hyrule para así encerrar de nuevo al malvado gerudo. Así nace lo que se conoce como el Gran Mar. Por su parte, Zelda se ve obligada a huir con algunos fieles sirvientes del castillo y a separar la Trifuerza de la Sabiduría en tres fragmentos, así como a ocultar su identidad como princesa de Hyrule.

Tras varios años, en una pequeña isla del vasto mar, un joven Link decide tras un incidente unirse a Zelda, ahora conocida como Tetra, para enfrentarse al mal que amenaza el pacífico mar. Para ello, Link contará con la ayuda del Mascarón Rojo, un barco parlante que esconde más de una sorpresa. Junto a sus nuevos aliados, Link deberá enfrentarse a todo tipo de peligros y encontrar la Espada Maestra y, de este modo, ser digno de ser el portador de la Trifuerza del Valor y derrotar al malvado Ganondorf.

Técnicamente, los controles son muy buenos y fueron una revolución en su tiempo. Además, hoy día podemos disfrutar este título en HD gracias a la consola Wii U que, aún sin haber cosechado un gran éxito comercial, ha tenido algunos títulos interesantes en su  biblioteca, siendo el que nos ocupa uno si no el mejor de ellos.