AZ el rey maldito

maxresdefault

Cuentan las leyendas del mundo Pokemon que hace 3.000 años vivía en la región de Kalos un joven monarca al que todos conocían como AZ junto a su querido Pokemon Floette. Vivían felices y sin preocupaciones en el Palacio Cénit. Pero un día todo cambió. Una cruenta guerra se desató sobre la región y muchos Pokemon se vieron envueltos en ella. No obstante, dentro de su palacio, el monarca y su Floette permanecían ajenos a ésta.

Pero ah, cruel destino, un día esa idílica paz de que disfrutaban desapareció, pues el pequeño Floette se vio envuelto en la batalla. Con gran pesar se marchó del lado del joven monarca que lloró su marcha. Durante varios días esperó y esperó al regreso de su querido Floette. Los días se convirtieron en meses, los meses en años.

Un buen día, paseando por su palacio, el monarca recibió el aviso de uno de sus sirvientes más fieles: «Mi señor, un mensajero espera en la sala del trono. Dice ser portador de noticias de la guerra.» Con un gran temor y cierto atisbo de esperanza el monarca se dirigió raudo y veloz hacia la sala del trono para recibir al mensajero. «¿Qué nuevas traéis de la guerra, señor mensajero?» preguntó. Como respuesta el mensajero le entregó una misteriosa cajita envuelta en un pequeño estandarte y le explicó cuál era el estado del campo de batalla. «Gracias, mensajero, puedes marcharte.» dijo el monarca. Tras esto, el mensajero se marchó.

Una vez solo, el monarca desempaquetó la cajita y rompió a llorar. «Mi pequeño y querido Floette, por qué tuviste que marchar a esta mil veces maldita guerra». Abrumado por la tristeza, el monarca tomó una decisión: resucitaría a su querido Pokemon sin importar qué o quién resultara herido. Para ello, se encerró durante meses en la inmensa biblioteca de su palacio y, tras mucho esfuerzo, creó una máquina capaz de devolver la vida. Así, tras ponerla en marcha y tras muchos fracasos, un día consiguió devolverle la vida a su Pokemon. «Mi querido Floette, nunca vuelvas a separarte de mi.» dijo con lágrimas de felicidad en sus ojos. Pero el cruel destino hizo que, tras largos años de sufrimiento, el rencor por la guerra y la muerte de su amigo ocupara un gran hueco en su corazón. Decidió poner punto y final a la guerra y recalibró su creación, convirtiéndola en un arma definitiva. Convirtiose en el heraldo de la destrucción. Activó el arma definitiva y acabó con la guerra.

Pasaron los años, pero Floette parecía percibir un cambio en su amigo AZ. No era el joven amable de antes. Más bien se había convertido en un déspota que no dudaba en pisar a quien se le opusiera. Entonces Floette lo decidió. Al haber resucitado y conseguido una extraña flor, se volvió inmortal y su poder era inmenso. Usó sus poderes y condenó al rey a vagar eternamente en su búsqueda. Este viaje debía servir al monarca   como reflexión a su terrible comportamiento. Tras ello, desapareció.

Se dice que aún hoy en día los jóvenes entrenadores que viajan por Kalos se cruzan con una monstruosa figura. Un hombre de casi 3 metros de altura, con un pelo largo y canoso que, pese a sus ropajes, desprende un aura digna de la realeza. Además, muchos aseguran que junto a él viaja un Floette que porta una extraña flor.  ¿Será el legendario monarca? ¿El hombre inmortal condenado a vagar por toda la eternidad?

Comentarios

Deja un comentario