
A un día del lanzamiento oficial del nuevo título de las Saga Assassin’s Creed, Assassin’s Creed Origins, me gustaría echar un vistazo al pasado de la saga, repasando muy brevemente cómo hemos llegado hasta aquí. Para ello, solo tendré en cuenta los juegos digamos «Canon» de la franquicia, por lo que juegos como Bloodlines, Lost Archives y otros Spinn-off no se tendrán en cuenta.
Todo comenzó allá por 2008, cuando Ubisoft Montreal (Canadá) sacó al mercado el primer título de la saga, Assassin’s Creed. En él, controlábamos a Desmond Miles, un joven por cuya sangre corrían los recuerdos de un gran linaje. Gracias a la ayuda de una máquina, llamada animus, Desmond pudo revivir los recuerdos de Altaïr Ibn La’Ahad, un estoico Asesino de Tierra Santa durante las Cruzadas. Los controles, al ser el primero, eran, en parte ortopédicos ( no en vano, estaba inspirado en otra de las sagas míticas de Ubisoft, Prince of Persia).
Ya en El Segundo título. Assassin’s Creed II, cambiamos de Animus y de personaje. Ya no controlaremos a Altaïr, sino a un carismático joven florentino del Cuattrocento italiano, Ezio Auditore. A lo largo de tres títulos, incluyendo el anteriormente mencionado, viviremos las aventuras y desventuras de este carismático Assassin. Se mejoró el sistema de combate y de Parkour, haciéndolo más fluido. Éste mejoró con cada título de esta trilogía de juegos.
Saltamos el charco para adentrarnos en el final de la América colonial de mano de Connor Kenway, un mestizo fruto de un ingles y una nativa americana en Assassin’s Creed III. De este juego, destacó la introducción del combate naval, que pronto tendría su máximo esplendor en Black Flag. También se mejoró sustancialmente el sistema de Parkour, pudendo ahora escalar y subir por los árboles, y el sistema de combate se volvió aún más fluido que antes.
Sin dejar de lado la época colonial americana, nos pondremos en la piel de la primera Assassin femenina controlable, Aveline de Grandpré, una muchacha mestiza hija de un magnate de los negocios francés y, suponemos, una esclava negra. En este título, se atisbó la habilidad de disfraz que observaremos en el árbol de habilidades de Unity. Los controles eran idénticos a los de Assassins Creed III.
Tras un trágico incidente ocurrido al final de Assassin’s Creed III, en Black Flag, dejamos de lado a Desmond para ponernos en la piel de un trabajador de Abstergo Entertainment, una compañía que depende de los Templarios. Gracias a sus Animus, podremos vivir las aventuras de Edward Kenway, un pirata inglés que se verá envuelto en una guerra contra los Templarios. Es en este juego donde se exprime al máximo el elemento del combate naval introducido en Assassin’s Creed III, haciendo del barco un elemento indispensable para moverse entre las distintas islas que componen el archipiélago caribeño. Paralelamente a Black Flag, pudimos disfrutar de un juego que despierta admiración y odio a partes iguales: Rogue. En él, al igual que en Black Flag, controlaremos a un trabajador de Abstergo. No obstante, esta vez, controlaremos a Shay Patrick Cormac, un Assassin que, por ciertas circunstancias que no voy a desvelar, decide abandonar la Hermandad y unirse a los Templarios.
De vuelta al Viejo Continente, nos pondremos en la piel de Arno Dorian, un Assassin que se verá envuelto en la Revolución Francesa. Destacable de este título, Unity, fue la sustancial mejora del parkour, pudiendo ser utilizado tanto para escalar como para bajar de edificios. Se introdujo el «crafteo» de equipamiento y pudimos observar algo hasta entonces inaudito: Assassin’s y Templarios trabajando codo con codo, debido a la «estrecha amistad» de Arno con la hija del Maestre Templario De la Serre: Elise.
Ya finalizando el post, el último juego hasta la fecha, fue Syndicate, que nos puso en la piel de los gemelos Frye, Evie y Jacob. Junto a ellos deberemos liberar el Londres victoriano de mano de los Templarios. Destacable de este título fue la mejora del Parkour y del sistema de combate, que, de nuevo, mejoró la fluidez. El «crafteo» de equipamiento se majoró sustancialmente y se introdujo un nuevo fragmento del Edén: el Sudario.
¿Qué nos deparará Origins? Lo que es seguro es que el «crafteo» será una parte esencial del juego, y que el combate será, si cabe, aún más fluido, y que controlaremos a dos assassin: Bayek y Aya. Mañana lo veremos. Y. recordad: «Vivimos en la Sombra para servir a la Luz. Somos Assassin».
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