
Dejamos, por el momento, de lado a los AAA para hablar de un título ‘indie’ al que no puedo sino calificar de «particular». Inscrito dentro del género Simulación/Puzzles, Papers please fue desarrollado por Lucas Pope allá por 2013 tras un desafortunado problema con su visado en uno de sus viajes al extranjero.
Nos pondremos en la piel de un secretario de Aduanas del país comunista ficticio de Arstotzka en 1982 inmersa en una especie de Guerra Fría tras una guerra de 7 años contra el Estado ficticio de Kolechia. Nuestro objetivo no será otro que, atendiendo a las directrices del Gobierno de la Nación, permitir o denegar la entrada a todos los que se presenten ante nuestra ventanilla, para mantener a raya a visitantes no deseados como espías, contrabandistas, maleantes o terroristas. A medida que avancemos en el juego, se nos irán presentando distintos escenarios y directrices que seguir, aumentando la dificultad del juego. De no seguir las indicaciones, podemos ser arrestados, apartados del deber e incluso deportados a algún «complejo no deseado» (entiéndase una especie de Gulag o un campo de concentración), lo que deriva en uno u otro de los ‘Game Over’ de que dispone el juego.
Este juego no destaca por poseer unos gráficos espectaculares, sino más bien presenta unos gráficos 16Bit al estilo de Minecraft. No obstante, no es éste el punto fuerte del juego. Su punto fuerte es la ambientación y los colores que Pope ha utilizado para crear su obra. Nos encontraremos con que trabajamos en un cubículo con una sola ventanilla, por la que pasarán los viajeros que desean entrar a Arstotzka, con una sola luz que enfoca a una mesa de madera plana y sin decoración alguna. Encima de ella solo tendremos los sellos necesarios para realizar nuestro trabajo, un par de lápices y unos folios en los que encontraremos las directrices dictadas por el Gobierno de la Nación; todo ello acompañados por un ambiente oscuro y plano.
Creo firmemente que estamos ante uno de los títulos ‘indie’ más particulares de su categoría, que muestra con bastante fiabilidad cómo debía ser la vida diaria de un o una secretario/a de Aduanas de una dictadura en la que cada día podía ser distinto dependiendo de lo que al Dictador de turno le rondara por la cabeza. Creo, además, que su precio, unos 9€ en Steam, vale la pena y que está al alcance de todos los bolsillos.
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