
Si hay un título que ha desatado pasiones y notas perfectas en las revistas especializadas en los últimos tiempos, ha sido, sin duda alguna, Zelda Breath of The Wild. Este título Action/JRPG, desarrollado y comercializado por Nintendo, fue el título de lanzamiento de su nueva consola, la Nintendo Switch, aunque también podemos disfrutar de este título en la Wii U consola que, por desgracia, no tuvo la recepción que la gran N esperaba por parte del público consumidor.
Aun destacar, sobre todo, por ser el primer título de la saga The Legend of Zelda de mundo abierto, Breath of the Wild también destaca por la necesidad de buscar y recolectar alimentos, armas y rupias, no apareciendo ni corazones ni rupias cuando cortemos hierba, como ya venía pasando desde los inicios de la saga. Esto proporciona un soplo de aire fresco a la fórmula clásica de la saga, basada en mazmorras que debemos superar de forma lineal. No obstante, las mazmorras no han desaparecido, ya que, qué sería de un Zelda sin sus características mazmorras? Las mazmorras de este título pueden ser superadas en el orden que el jugador desee, así pues, no encontraremos dos partidas iguales.
Otro de los puntos fuertes de este título es, a mi parecer, su historia. Han pasado 100 años desde un terrible hecho llamado «Gran cataclismo» cuando Link despierta de un letargo de 100 años tras ser gravemente herido por Calamity Ganon, una nueva forma de Ganondorf. Éste, haciendo gala de su poder, consigue controlar a unas antiguas criaturas conocidas como las «Bestias Sagradas» que estaban controladas por un elegido de cada una de las Tribus que pueblan Hyrule, siendo estas: los Zora, los Goron, los Orni, y las Gerudo. Además de controlar a las bestias sagradas, Ganon consigue controlar a los «Guardianes» una especie de pulpos metálicos cuyo cometido original era ayudar al Héroe, la Princesa y a los Elegidos a enfrentarse a Ganon. Estas criaturas serán el principal quebradero de cabeza de los jugadores.
Pasando al apartado gráfico, este juego destaca por, de nuevo, cambiar de estilo gráfico respecto de las demás entregas. Recuerda vagamente al estilo gráfico de Skyward Sword (2011), basado en la técnica del «Cell Shading», combinado con el que pudimos observar en Twilight Princess (2006), más realista y con un ambiente más oscuro. Junto a este apartado gráfico se encuentra una excelsa banda sonora compuesta y dirigida por Manata Kataoka y Yasuaki Iwata, que lo complementa a la perfección. La jugabilidad está construida de tal forma que tanto alguien veterano como alguien que se esté iniciando en el mundo de los videojuegos puede entender. Además, la curva de dificultad también está construida para tal fin, ya que al ser el jugador quien «construye» la historia desde el despertar de Link, ésta varía de una partida a otra.
El hecho es el que sigue: con Breath of the Wild Nintendo ha conseguido hacer ver a todos aquellos que la suelen criticar que es capaz de crear grandes juegos que dejan atrás, y con creces, a títulos como CoD, Assassin’s Creed Origins, en cuanto a historia y dificultad. Nintendo ha conseguido llamar de nuevo a todos aquellos gamers de los Zelda originales, fidelidad a los que crecimos con el Ocarina of Time (1998/2011), y a la vez atraer a nuevas generaciones; todo un éxito comercial sin duda alguna.
No tengo palabras suficientes para recomendar este título indispensable en todas las bibliotecas de juegos de Switch o de Wii U. Solo puedo decir que este juego va a proporcionar horas y horas de diversión a aquel que ponga sus manos en él.
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