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  • Bestiario II: las sirenas

    Imagen que todos tenemos de las sirenas

    Seguimos con la segunda parte del bestiario. Hoy le toca el turno a las sirenas. Esta criatura es de las más complicadas de definir y comentar. No porque no se pueda encontrar información de la misma, sino porque tenemos dos versiones de la misma. Dicho esto, empecemos. Las sirenas son unas criaturas provenientes del folklore de la Antigua Grecia y muchas otras culturas antiguas como la mesopotámica o la sajona.

    Sirenas en la cultura de la Antigua Grecia.

    Según la mitología helena, las sirenas son seres mitad mujer, mitad pájaro que viven en el mar y que atraen a los marineros incautos para alimentarse de éstos. Para ello, utilizan sus bellas voces y la parte humana femenina de su cuerpo.

    Estátua griega representando una sirena

    Uno de los mitos mas famosos en los que aparecen estas criaturas es la Odisea. Según este poema épico escrito por Homero, en su vuelta a casa, Ulises u Odiseo se enfrenta a las sirenas tapando los oídos de sus marineros con cera y haciendo que le aten al mástil de su barco para poder escuchar la voz de estas criaturas sin riesgo de perder su vida. Al superar esto, por vergüenza, las sirenas deciden suicidarse lanzándose al mar.

    Su inspiración, teniendo en cuenta su apariencia física y su modus operandi, puede deberse al alistamiento de ciertas aves carroñeras presentes en los muchos naufragios que poblaban el mar Egeo por aquel entonces. Se escogió la mitad de pájaro por su bella voz, mientras que la parte de mujer, muy probablemente, se debiera al machismo típico de los tiempos antiguos, en los que todos los problemas del hombre, tenían origen femenino. No en vano, según la mitología griega, fue una mujer, Pandora, quien abrió la Caja que contenía todos los males del Mundo, así como la Esperanza, que quedó dentro de la Caja.

    Sirenas en el imaginario colectivo.

    El otro tipo de sirena, el que todo el mundo tiene en mente, es la sirena medio pez, medio mujer. Aunque culturas ya extintas como la mesopotámica o la sajona, anteriormente nombradas, ya contaban con criaturas parecidas a las sirenas de este tipo. Fue el escritor danés Hans Christian Andersen quien rescató esta imaginación de la sirena para su obra La sirenita, publicada en 1837. Fue años después, en 1989, cuando la compañía del Ratón produjo la película animada homónima cuando se instaló la sirena tal cual la conocemos hoy día.

    El modus operandi de estas sirenas es el mismo que el de sus parientes helenas, pero tanto Andersen como Disney obviaros esta parte por tratarse de productos para niños. Teniendo claros tanto su modus operandi como su apariencia física, es muy probable que la mitad de pez se debiera al alistamiento de criaturas marinas carroñeras, probablemente extintas, por parte de los navegantes de aquellas culturas antiguas. Y, de nuevo, la mitad de mujer se debiera a la misoginia tan común en aquella época. Para finalizar, como curiosidad, hay que destacar que el masculino de sirena es tritón.